Es uno de los elementos más característicos y más guapos de la vivienda tradicional leonesa.
Las familias iban construyendo sus hogares progresivamente. Se partía de edificaciones muy sencillas, con una sola estancia, a las que se le añadían otras en diversas etapas y sin orden predeterminado. Por consiguiente, los visitantes podrán conocer la existencia de variabilidad en la arquitectura tradicional. Sin embargo, el hecho de que estas personas se valiesen de saberes y asesores procedentes del entorno más próximo, conllevaba que las fórmulas de distribución o las soluciones puntuales a los problemas de la ampliación fuesen comunes.
En definitiva, cada región cultural, incluida la leonesa de la que en esta exposición se trata, viene a marcar no un tipo, sino un camino evolutivo de sus casas típicas; trayectoria que está jalonada por ejemplares muy primitivos, otros edificios más complejos, algunos que incorporan elementos foráneos y hogares de gran porte con zonas especializadas.
Durante los siglos XIX y XX algunos arquitectos recogieron elementos de la tradición en diversas zonas. Sus proyectos, que incorporaban ciertos detalles de las viejas casas, dieron lugar a arquitecturas cultas regionales. La cántabra, con sus corredores sobre ménsulas u orejones, y la gallega, con las casas bloque de muro intermedio pétreo, son algunas de las más representativas. León debería tener una oportunidad para caracterizar su propia arquitectura culta a partir de viejos modelos como los que se exponen en esta muestra.