En León, hay una costumbre muy antigua que aún perdura entre algunas familias, sobre todo en ámbitos rurales.
Esta costumbre entrañable es «la cuelga». En los cumpleaños o santos, la familia o los amigos atan en una cinta llamativa todo tipo de bombones, caramelos y golosinas… que en un momento de descuido se introduce por la cabeza del homenajeado, deseándole muchas felicidades.